La Albufera es un espacio extremadamente complejo con un fuertísimo componente antropológico y cultural. Además de su gran belleza todavía persiste la tradición local y muchos de sus habitantes aún subsisten gracias a los recursos del propio parque. Esto lo hace tan diferente y atractivo en comparación con otros entornos naturales protegidos, pero a la vez hace mucho más complicada su gestión. El gran reto de este gran espacio natural único a sólo pocos kilómetros de una gran urbe consiste en una fuerte apuesta política de puesta en valor que busque el consenso entre los distintos grupos de interés que viven en y de La Albufera.